Dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados para 2030, la Eficiencia Energética es una de las consignas más efectivas para mitigar el cambio climático y el principio es elemental: la energía que no se malgasta es la más limpia de todas. Se define como la capacidad de obtener el máximo rendimiento con el menor consumo de energía posible. Es un concepto fundamental para construir un futuro más sostenible.
En el año 1998 se creó una jornada dedicada a la Eficiencia Energética, con el objetivo de concienciar sobre su importancia. Esta fecha surgió a partir de la Conferencia Internacional sobre Eficiencia Energética llevada a cabo en Austria, en la que expertos de todo el mundo discutieron sobre cómo reducir el consumo sin afectar la calidad de vida ni el desarrollo económico.
La eficiencia energética se basa en optimizar los recursos y evitar el desperdicio: es la capacidad de obtener el mismo servicio con un menor consumo de energía. Esta optimización siempre EMPIEZA POR CASA, pero también aplica en industrias, transporte y grandes infraestructuras: ya sea desde el aislamiento de los espacios, la reutilización del calor de los procesos o los autos eléctricos, todo esto se traduce beneficios económicos y ambientales. Pensando nuestro planeta como un todo que debemos respetar y cuidar.
